[La situación boliviana provocó un incremento en los intentos de ingreso no permitido a Perú. Foto: EFE]
El ingreso irregular de bolivianos a Perú aumenta a causa de la crisis en Bolivia. La PNP refuerza controles, pero el contrabando en la frontera crece, afectando a comerciantes peruanos y la economía del país.
La Policía Nacional del Perú (PNP) ha detenido recientemente a cerca de 3 mil bolivianos que buscaban ingresar al país de manera ilegal por el Lago Titicaca. Frente al incremento irregular de migrantes, las autoridades de Perú intensificaron los controles en la frontera, particularmente en Desaguadero, donde Migraciones ha aumentado los puestos de verificación en el puente internacional.
Además, la PNP ha reforzado la supervisión en zonas clave del lago para prevenir que grupos de foráneos empleen caminos no permitidos. Actualmente, 16 agentes policiales llevan a cabo operativos de identificación y comprobación en Desaguadero, mientras que en la Isla de Amantaní se han identificado numerosas acciones contra ciudadanos que buscaban ingresar sin permiso.
Las autoridades de Perú han declarado que las acciones de control continuarán reforzándose. Adicionalmente, se resaltó que numerosos bolivianos llevan a cabo actividades de comercio en ferias y mercados de Perú, desde donde llevan productos a su país.
Bolivia en crisis
La situación boliviana provocó un incremento en los intentos de ingreso no permitido a Perú. La crisis de escasez de combustibles ha paralizado servicios como el transporte y la producción de alimentos.
De acuerdo con reportes oficiales, Bolivia emplea más de 7 millones de litros de diésel diariamente, aunque la producción local no satisface la necesidad. Aproximadamente el 85% del diésel y el 56% del combustible utilizado en el país proviene de importaciones.
Sin embargo, la escasez de dólares para efectuar estas adquisiciones provocó un desplome en el abastecimiento, ocasionando largas filas en las estaciones de servicio y restringiendo el funcionamiento del transporte.
Las limitaciones al combustible afectaron de manera directa la economía de Bolivia, perjudicando la distribución de bienes esenciales y provocando manifestaciones. Anteriormente, Bolivia ha recurrido a Perú, Chile y Paraguay para obtener diésel. No obstante, las importaciones no pudieron satisfacer la demanda total.
Informalidad en la frontera
La crisis en Bolivia ha intensificado el contrabando en la frontera con Perú, especialmente en Virupaya, donde la falta de controles facilita el traslado ilegal de alimentos y combustibles. Estos productos son almacenados y distribuidos en ciudades como Juliaca y Huancané, afectando a los comerciantes locales. Aunque las autoridades han identificado rutas informales, la falta de infraestructura ha dificultado su control.
La PNP ha reforzado la vigilancia en pasos irregulares, pero la extensa frontera y la demanda de productos dificultan el control. Frente a ello, las autoridades peruanas continúan en alerta para evitar mayor presión sobre los controles migratorios en el sur.
Virupaya, un pueblo fronterizo en Puno, se ha transformado en centro del comercio ilegal entre Perú y Bolivia debido a la ausencia de control gubernamental. Funciona sin puestos de migración ni aduanas, lo que permite la entrada sin limitaciones de productos bolivianos como arroz, azúcar, aceite y combustibles subvencionados.
De acuerdo con un informe de Latina, los productos entran sin inspección, se guardan en depósitos vestidos de viviendas y después son trasladados en camiones peruanos a ciudades. Pese a que estos productos se comercializan a costos más reducidos en el mercado informal, la competencia injusta daña a los productores de Perú, provocando un efecto perjudicial en la economía peruana.
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Redactado por Angelica Cordova